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Laboratorio AlquÃmico San Cristóbal
Monseñor Claudio Páleka, El Alquimista®, es Director del Laboratorio AlquÃmico San Cristóbal®, de donde provienen las criaturas alquÃmicas, fruto de su trabajo con la Divinidad y sus enviados.
A través de su trabajo espiritual, ha sido bendecido con el grado de alquimista coronado: Dios le encomendó la tarea de realizar los AlquÃmicos San Cristóbal®, dado que Monseñor Claudio Páleka tiene la llave esotérica para transmutar la materia, elevándola en sus vibraciones a su máxima exponencia energética, y volviéndola exorcÃstica, ya que se âamalgamaâ a la energÃa lumÃnica de Dios y por ello combate TODA oscuridad.
Los alquÃmicos son efectivos por sà mismos, ya que portan esa vibración, no dependiendo de la mayor o menor fé de quien los utiliza, sino de su orÃgen: la Revelación Divina.
Al ser criaturas, porque tienen espÃritu de vida, gustan de ser acompañados por oraciones y toda manifestación afÃn a una vida espiritual, pero no dependen de ello para ser efectivos, sino que cumplen con su misión transformadora y liberadora de todo aquél que se encuentre necesitado de la luz trascendente.
Cada vez que un alquimista llega a la maestrÃa, es porque ha recorrido un largo y arduo camino espiritual que lo ha hecho aliado del Cielo, y es allà donde la Divinidad le encomienda una tarea que se realiza conjuntamente: de Dios con la ayuda de un hombre, el alquimista.
Dios no revela el mismo misterio a cada alquimista que ha existido a lo largo de la historia de la humanidad, a cada uno le revela algo único, que Ãl desea en su misericordiosa voluntad brindar al mundo, para su asistencia.
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AlquÃmicos San Cristóbal Buscar
Es por ello que los AlquÃmicos San Cristóbal® son únicos e inigualables, por más que circulen imitaciones desde hace años, hechas por inescrupulosos que, sabiendo que las personas han conocido y utilizado los alquÃmicos y conocen sus virtudes, roban de esa reputación creciente a través de los años, con el fin de aprovecharse de la buena fe del que no sabe que los verdaderos alquÃmicos son los alquÃmicos hechos por aquél a quien Dios le dio la gracia de su Revelación para hacerlos, hechos por Monseñor Claudio Páleka, en su Laboratorio del Descanso del Cielo, patagonia argentina, y llamados San Cristóbal. No existe alquÃmico que sea tal fuera de los AlquÃmicos San Cristóbal®.
Si hubiera en el momento presente otro alquimista al que Dios le encomendara una tarea para servir a la humanidad, éste no estarÃa imitando la obra de otro iniciado, sino haciendo su inédita obra con Dios, para los hombres.
Aquel que se llama a si mismo âalquimistaâ, pero que copia la obra de un alquimista iniciado, no sólo no es tal, sino que los elementos que produzca, por más que exteriormente puedan ser confundidos con los verdaderos alquÃmicos, no sólo no tienen la fuerza espiritual que transforma la vida de quien los utiliza, sino que pueden, en sentido contrario, ya que no cuentan con la bendición del Cielo, ser vehÃculo de malas energÃas, llevando confusión y no bondad al inocente que crea que es lo mismo esos plagios que un AlquÃmico San Cristóbal®
Miles y miles de testimonios dan fe de las vidas nuevas que a lo largo y ancho de este mundo se han generado en las personas que han utilizado un AlquÃmico San Cristóbal®: siempre llevarán luz a la oscuridad, paz a la intranquilidad y solución en toda situación que lo requiera.
Por ello el mal quiere que se confundan en un remolino de ofertas de seudo-alquÃmicos, seudo-laboratorios, seudo-alquimistas, seudo-iniciados, que no han estado en el Monte Athos, que no han sido depositarios de la ancestral tradición esotérica de la Alquimia, ni han edificado su casa espiritual a través de la transmisión magisterial, primero de parte de grandes maestros, y luego del Unico Maestro: Nuestro Dios, como lo ha hecho Monseñor Claudio Páleka. |
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